domingo, 7 de octubre de 2012

Amistad entre M U J E R E S


 


La amistad entre mujeres se asemeja a un círculo, donde todas estamos a la misma distancia, donde todas “nos vemos” y nos reconocemos unas a otras, donde compartimos desde la igualdad.

Cuando las mujeres se unen y se comprometen mutuamente a formar parte de un círculo de amigas, están creando un crisol de transformación para sí mismas y un vehículo que propicia el cambio colectivo.

Sin embargo para que esto ocurra no basta con ser del género femenino, dado que muchas mujeres no confían en otras al verlas como r i v a l e s ante los h o m b r e s, porque piensan que es una competencia que les quita oportunidades, o bien porque piensan que el género femenino es inferior. 

Pero como contrapeso, entre las mujeres el arquetipo de la hermana, la madre y la anciana es lo que le facilita identificarse a la una con la otra, más allá de los límites racionales y religiosos, es esa capacidad de sentir una vinculación afectiva o emocional lo que a las mujeres les permite reconocerse una a otra y generar empatía y solidaridad y de hecho poder establecer una amistad.

El poder invisible de los círculos de amigas sobre las mujeres que los componen es extraordinario puesto que permite la autoestima, el éxito y el desarrollo del talento, que tiene que ver con el hecho de que nos hayan escuchado y valorado, amado por lo que somos, animado y apoyado para que llevemos a cabo aquello que nos creíamos incapaces de hacer, puesto que cuando existe un apoyo práctico, o psicológico que pueda provocar un cambio significativo, es mucho más probable que ese cambio suceda; el hecho de que otras mujeres crean en nosotras, o tengan el mismo punto de vista, o bien sean modelos de conducta, tiene una influencia invisible y poderosa. Nuestra red de amigas nos aporta la fuerza para resistir ante la colectividad, la fuerza para seguir adelante a pesar del sentido del ridículo, o de los oponentes que manifiestan que no sabemos lo que estamos hablando.



El llevar una amistad duradera y profunda con otra mujer o el pertenecer a un círculo de amigas nos permite la conformación de una red, siendo ésta la que congrega, contiene, recoge, recuerda y soporta para facilitarnos el tejer de nuestra cotidianidad, para componer y recomponer, crear y recrear, pensar y repensar; puesto que tejer es unir diferentes hilos de muchos y distintos colores, de diferentes gruesos y contenido, es mezclar, unir unos con otros haciendo formas armoniosas, es transformación en acción.


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